De forma vergonzosa y sectaria el Congreso aprobó la ley de la eutanasia, y ya es curioso que estos ‘laicos’ quieran una ley para que una persona o un grupo de ellas puedan decidir acabar con su vida o la de otra persona como si fueran dioses. Digo esto, ya que a los que somos católicos, siempre se nos ha enseñado que el único que puede decidir la muerte de alguien es Dios. Pues no, por fin han llegado los ‘laicos’ para poder decidir quién vive o quién muere. ¿Cómo será esta nueva licencia para matar?
Según el PSOE y el resto de los grupos parlamentarios que votaron a favor, han manifestado que sería el propio enfermo, según sus “valores vitales”, con una discapacidad “grave”, un sufrimiento físico y psíquico “intolerable, insoportable e irreversible”, una “altísima” dependencia a otras personas y con un diagnóstico realizado por un profesional sanitario, quien deberá pedir la eutanasia. Es decir, decidirá una persona que por su sufrimiento síquico o discapacidad grave, no estará en plenas facultades ni para decidir si quiere café o té para desayunar. Por lo tanto, ya en si la propuesta es mentira, ya que en un supuesto caso muy grave tendría que decidir otra persona, no el enfermo. Y es justo en este punto donde se pueden cruzar límites peligrosos como ya se ha hecho en Inglaterra. Recordemos entre otros casos ingleses, el del bebé Alfie Evans, donde un hospital y un juez decidieron que el pequeño tenía que morir.
Me gustaría remarcar una parte de la propuesta socialista, “altísima dependencia a otras personas”, qué peligrosa es esta parte. Eso suena a vía libre para quitarse de en medio a quien molesteo sea mucho gasto mantenerle. Ejemplo: un enfermo que lleve años en un hospital dependiendo única y totalmente de los servicios médicos para seguir viviendo, con esa parte de la ley el hospital podría pedir la eutanasia, aunque la realidad sea que es demasiado gasto y un estorbo. También podría darse el caso, una persona que tras la muerte de sus padres se tuviese que hacer cargo de un hermano con una discapacidad síquica grave y dependiera por completo de otra persona, ¿qué pasaría si pidiera la eutanasia para su hermano, porque no puede hacerse cargo de él? Sé perfectamente que he puesto casos radicales, y quizás, hasta muy exagerados, pero cuando se trata de este tipo de leyes de la izquierda, prefiero ponerme en lo peor y no llevarme sorpresas.
Esta nueva ley recuerda a la del aborto, que se hizo para cuando la vida de la madre o la del bebé estuviesen en peligro, y ahora el 90 % de las veces se utiliza como anticonceptivo. La de la eutanasia será lo mismo, cuando alguien genere mucho gasto, sea una molestia o directamente sea un estorbo, se le mata y como es una ley todos tan tranquilos. Pero que nadie se equivoque, por mucho que disfracen esto diciendo que será ayudar a morir, no, será matar. A su vez, los que pidan la eutanasia para si mismos, no será una muerte digna, será una muerte cobarde ya que no han tenido el valor de quitarse la vida solos y han tenido que implicar a otros para que lo hagan.