Se trata de un concepto político, que hace referencia a los movimientos que están en contra de los partidos políticos tradicionales y que se muestran, ya sea en la práctica efectiva o en los discursos combativos frente a las clases dominantes.
El populismo necesita y requiere a la sociedad para construir su poder, entendiendo por sociedad, las clases sociales bajas y sin privilegio económico alguno. Suelen basar su estructura en la denuncia constante de los peores males que significan para la sociedad las supuestas clases privilegiadas. Los líderes populistas, por lo tanto, se anuncian como salvadores de los humildes.
El término populismo, siempre se da en sentido peyorativo, ya que se refiere a las medidas políticas que no buscan el bienestar o El Progreso de la población, sino que tratan de conseguir la aceptación de los votantes sin importarles que haya consecuencias. Cuando la noción de populismo se utiliza de manera positiva, se calificará a estos movimientos como propuestas que lo único que buscan, es construir el poder a partir de la participación popular y de una supuesta inclusión social.
Sabemos que los populistas no son un grupo homogéneo, sino que muestran ciertas diferencias notables en cuestiones políticas y económicas. Por otro lado, tienen muchos puntos en común que les pone en contra de los que no comulgan con su ideología, la cual siempre se basa principalmente en la propaganda forzosa del consumo indiscriminado de cualquiera de sus ideas. Todo esto nos leva a que, cuando un partido populista llega a un gobierno, sus seguidores y votantes ya estarán perfectamente adoctrinados para aceptar con total sumisión cualquier decisión que se tome sin pensar en ningún momento si puede haber consecuencias adversas. Como por ejemplo, las leyes del Sí es sí, o la Trans.
La primera tras llevar tres meses en vigor, desde e el primer día se pudo ver lo altamente perjudicial que era para las víctimas de agresiones sexuales a manos de violadores y pederastas. Una ley que lo único que ha hecho, es beneficiar a la escoria encarcelada por los actos anteriormente dichos. La segunda, la ley Trans, traerá otro tipo de consecuencias pero igualmente nefastas. No hay más que ver hacia otros países que tenían leyes idénticas, y ahora tienen que dar precipitadamente marcha atrás por las gravísimas consecuencias que ha ocasionado dicha ley. Pero, y a pesar de la gravedad de la situación, las leyes siguen y seguirán siendo perjudiciales durante mucho tiempo.
Los populistas, esta vez en la figura de Irene Montero, son el verdadero cáncer de una sociedad. Personajes parásitos como la ministra de igualdad, llevan a la destrucción de la convivencia y el bienestar de un país. Hasta que no se estirpe el cáncer Irene Montero, no se podrá recomponer una convivencia sana apta para una sociedad como la española. También es verdad que para extirpar el adoctrinamiento hecho a su masa borreguil seguidora, tardarán meses, años (..), pero tarde o temprano saldrán de su letargo populista.