La degradación cultural de un país

En estos nuevos tiempos de la comunicación rápida gracias a internet, ha ido evolucionando todo a nivel tecnológico, ordenadores, móviles, tabletas y hasta los relojes. Ahora es muy común escuchar la frase, “todo al alcance de la mano con tan solo un clic”. Y es verdad. Tenemos todo a nuestro alcance y sin tener que estar en casa. Nos podemos enterar de cualquier cosa casi al instante. Todo esto es gracias a la gran variedad de redes sociales. Podemos estar al tanto de las noticias del mundo, y hasta si le duele la pestaña a una persona que ni siquiera conoces pero la sigues. Y gracias a esto la gente se cree que está informada y rodeada de miles de amigos.

Que ilusos sois. Pues bienvenidos a la realidad, chavales. Soy de los que cree que tanta información, desinforma. Me explico. En Twitter puedes seguir a tantas cuentas de periódicos como quieras, y eso es precisamente contraproducente. Ya que la gran tormenta de tuits que aparecen en las cronologías de los usuarios, hace que la gente solo lea los titulares y pase al siguiente tuit. Y a la hora de estar leyendo titulares se piensan que ya están informados. Y lo peor de todo, es que se creen que están preparados para debatir o explicar una noticia que no han leído.

Esto antes de internet no pasaba, siempre había un periódico en casa que podías leer. Que muchas veces lo hacías por aburrimiento, sí. Pero lo leías. Eso ya no pasa, leer un periódico es de carcas. Antes estaba lo de ver las noticias mientras comías y al no haber móviles, no había distracciones y prestabas más atención. Y si no entendías alguna noticia, siempre había en la mesa una persona que te la explicaba. Por lo tanto, también aprendías a parte de informarte.

Muchos pensaréis que me he puesto demasiado nostálgico. Puede ser. Pero recuerdo aquellos años. Era una televisión pura, informativa, de entretenimiento para todos. Una televisión que podías aprender con programas como barrio sésamo, o érase una vez. Divertirte viendo la incesante búsqueda de Marco, las aventuras de la pequeña Heidi. Pasarlo bien mientras te reías con los payasos de la tele, o ver todos reunidos el un dos tres.

Pero como siempre de donde se puede sacar dinero acaba por degradarse. Ahora lo importante es cuanto más dinero ganen las televisiones, mejor. Y ya da igual si lo que televisan es bueno o no. Y sinceramente, la programación de ahora da muchísimo asco. Entre los programas del corazón y los de penas y penurias de gente que ni conoces, ni serán nunca relevantes en tu vida. También desde los realityss… que si la parida del gran hermano, hasta la isla de los súper vivientes. Que son todos una panda de famosillos casposos, que lo único que trasmiten es vergüenza ajena.

Se dice que se puede calcular el nivel cultural de un país por su programación televisiva. Pues bien, en España no es que sea bajo, no. Es totalmente precario y extremadamente Deprimente. Y si esto lo unimos a lo dicho antes de la desinformación. Es para echarse a llorar.

De ahí que esta generación de jóvenes de ahora se esté caracterizando por inculta. Una juventud que lo tiene todo al alcance de la mano, pero pasa. Y es lo que se suele decir, cuanto más tienes, menos haces.

Acerca de Luis Barros

Moldeo mis palabras para aportar el filo de mi opinión. 

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